10 de febrero de 2012

8 de febrero de 2012


No es que yo no me interese en saber de ti...
El problema es que YO NO QUIERO que tú sepas de mí.

7 de febrero de 2012

Veronika Decide Morir ~ Paulo Coelho

Cuando decidió buscar un empleo, dejó pasar una tentadora oferta de una empresa que acababa de instalarse en su recién creado país para aceptar el trabajo en la biblioteca pública donde el dinero era escaso pero seguro, Iba a trabajar todos los días en el mismo horario, siempre dejando claro a sus jefes que no la viesen como una amenaza. Ella estaba satisfecha, no aspiraba a luchar para crecer; todo lo que deseaba era su sueldo a fin de mes.

Veronika Decide Morir ~ Paulo Coelho

Se detuvo en medio del gélido jardín. Justamente porque consideraba que la realidad era un absurdo, había terminado aceptando lo que la vida le había impuesto de manera natural. En la adolescencia, pensaba que era demasiado pronto para escoger; ahora, en plena juventud, se había dando convencido que era demasiado tarde para cambiar.

¿Y en qué había gastado su energía hasta ese momento? En intentar que todo en su vida continuase igual. Había sacrificado muchos de sus deseos para que sus padres la continuasen queriendo como la querían de pequeña, aun sabiendo que el verdadero amor cambia con el tiempo y crece y descubre nuevas maneras de expresarse.

Veronika decide morir ~

-Su corazón quedó irremediablemente afectado. Y dejará de latir en breve.

-¿Qué quiere decir con eso? -preguntó Veronika, alarmada.

- El hecho de que el corazón deje de latir significa tan sólo una cosa: muerte física. No sé cuáles son sus creencias religiosas, pero...

-¿Y dentro de cuanto tiempo se parará? -interrumpió Veronika

-Unos cinco días. Una semana como máximo.

Veronika se dio cuenta de que, por detrás de la apariencia y del comportamiento profesional, tras el aire de preocupación, aquel joven estaba sintiendo un inmenso placer al dar la noticia. Como si ella mereciese el castigo y sirviera de ejemplo a otros.

En el curso de su vida, Veronika había advertido que un gran número de personas que ella conocía comentaban los horrores de la vida ajena como si estuviesen muy preocupados por ayudar, pero en verdad se regocijaban con el sufrimiento de los otros, porque eso les hacia creer que eran felices, que la vida había sido generosa con ellas. La joven detestaba a este tipo de gente: no daría a aquel muchacho ninguna oportunidad de aprovecharse de su estado para ocultar sus propias frustraciones.

Mantuvo sus ojos fijo en los de él.

-Entonces yo no fallé.